Diferencias ilegal, ilícito e ilegítimo

Diferencias entre Ilegal, Ilícito e Ilegítimo. En el lenguaje cotidiano, los términos ilegal, ilícito e ilegítimo suelen utilizarse indistintamente para referirse a acciones que están prohibidas o que no son correctas. Sin embargo, desde una perspectiva jurídica, estos conceptos tienen matices distintos y su comprensión precisa resulta fundamental para entender el funcionamiento del ordenamiento jurídico español.

Diferencias ilegal, ilícito e ilegítimo

En el lenguaje cotidiano, los términos ilegal, ilícito e ilegítimo suelen utilizarse indistintamente para referirse a acciones que están fuera de los límites de lo permitido. Sin embargo, desde una perspectiva jurídica, cada uno de estos conceptos tiene un significado preciso y matices que los diferencian. En este artículo, exploraremos las distinciones entre estos términos en el ordenamiento jurídico español, proporcionando al lector una comprensión clara y concisa de su significado y alcance.

Ilegalidad: la transgresión directa a la norma

Cuando hablamos de un acto ilegal, nos referimos a cualquier conducta que contraviene de forma expresa una norma jurídica vigente. Es decir, una ley, un reglamento o cualquier otra disposición de carácter obligatorio que prohíbe explícitamente esa conducta. Por ejemplo, robar, matar o conducir bajo los efectos del alcohol son acciones claramente ilegales, ya que están tipificadas como delitos en el Código Penal español.

La ilegalidad se caracteriza por su carácter objetivo y concreto. Existe una norma escrita que prohíbe la conducta y, en caso de incumplimiento, se establecen las correspondientes sanciones y penas. La determinación de la ilegalidad de un acto es, en principio, una cuestión relativamente sencilla, ya que basta con contrastar la conducta en cuestión con el texto legal aplicable.

Ilicitud: la vulneración del ordenamiento jurídico en general

El concepto de ilicitud es más amplio que el de ilegalidad. Un acto ilícito es aquel que, aunque no esté expresamente prohibido por una norma concreta, contraviene el ordenamiento jurídico en su conjunto. Es decir, vulnera los principios generales del Derecho, las buenas costumbres o el interés general.

La ilicitud puede manifestarse de diversas formas:

  • Actos contrarios a la moral y las buenas costumbres: Por ejemplo, ciertos tipos de contratos que lesionan la libertad o la dignidad de una persona pueden considerarse ilícitos, aunque no estén expresamente prohibidos por la ley.
  • Actos que causan un daño injustificado a otra persona: Un daño causado de forma intencionada o negligente a otra persona, sin que exista una causa que lo justifique, puede ser considerado ilícito.
  • Abuso de derecho: El ejercicio de un derecho de forma abusiva, con el único fin de perjudicar a otra persona, también puede ser calificado como ilícito.

La determinación de la ilicitud de un acto suele ser más compleja que la determinación de la ilegalidad, ya que requiere un análisis más profundo del contexto y de los principios jurídicos aplicables.

Ilegitimidad: la falta de justificación

Un acto ilegítimo es aquel que, aunque pueda ser formalmente legal, carece de una justificación adecuada. Es decir, aunque no se infrinja ninguna norma concreta, el acto no se ajusta a los fines que la norma pretende proteger.

La ilegitimidad puede manifestarse en diversos ámbitos:

  • Ejercicio de un derecho: El ejercicio de un derecho puede ser ilegítimo si se realiza con un propósito ajeno al que la norma pretende proteger.
  • Actos administrativos: Una decisión administrativa puede ser legalmente válida pero ilegítima si se basa en motivos arbitrarios o discriminatorios.
  • Contratos: Un contrato puede ser válido desde un punto de vista formal, pero ilegítimo si su objeto o causa es ilícito.

La ilegitimidad suele ser una cuestión más subjetiva que la ilegalidad o la ilicitud, ya que su valoración depende en gran medida de las circunstancias concretas del caso y de los criterios interpretativos del juez.

La importancia de distinguir estos conceptos

Distinguir entre ilegalidad, ilicitud e ilegitimidad es fundamental para comprender el funcionamiento del Derecho y para poder evaluar la licitud de una determinada conducta. Cada uno de estos conceptos tiene implicaciones jurídicas diferentes y puede dar lugar a consecuencias distintas.

  • En el ámbito penal: La ilegalidad es el elemento esencial para que un hecho sea considerado delito.
  • En el ámbito civil: Tanto la ilicitud como la ilegitimidad pueden generar una responsabilidad civil.
  • En el ámbito administrativo: La ilegitimidad de un acto administrativo puede dar lugar a su anulación.

Los términos ilegal, ilícito e ilegítimo, aunque relacionados, tienen significados distintos. La ilegalidad se refiere a la contravención expresa de una norma, la ilicitud a la lesión de un derecho o interés legítimo, y la ilegitimidad a la falta de justificación de un acto. Comprender estas diferencias es esencial para cualquier persona que desee conocer y aplicar el Derecho.

Comprender las diferencias entre ilegalidad, ilicitud e ilegitimidad es fundamental para poder analizar correctamente las situaciones jurídicas y tomar decisiones informadas. Además, esta distinción es clave para:

  • Aplicación de las normas jurídicas: Cada concepto tiene consecuencias jurídicas diferentes.
  • Defensa de los derechos: Conocer estos conceptos permite identificar y defender nuestros derechos ante posibles vulneraciones.
  • Resolución de conflictos: La identificación precisa de la naturaleza de un acto (ilegal, ilícito o ilegítimo) es esencial para resolver conflictos de manera adecuada.

Diferencias ilegal, ilícito e ilegítimo

En resumen, los conceptos de ilegalidad, ilicitud e ilegitimidad, aunque estrechamente relacionados, tienen matices distintos:

  • Ilegalidad: Transgresión expresa de una norma jurídica.
  • Ilicitud: Vulneración del ordenamiento jurídico en su conjunto.
  • Ilegitimidad: Falta de justificación de un acto, aunque formalmente legal.

La distinción entre estos conceptos es fundamental para comprender la complejidad del Derecho y para poder evaluar la licitud de una determinada conducta. Es importante tener en cuenta que, en muchos casos, un mismo acto puede ser a la vez ilegal, ilícito e ilegítimo.

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