Intrusismo médico y negligencia médica

Intrusismo médico y negligencia médica: Guía para proteger su salud. En el ámbito de la salud, la confianza en el profesional que nos atiende es un pilar fundamental. Sin embargo, esta confianza puede verse gravemente traicionada por dos fenómenos que, aunque distintos, comparten un resultado devastador: el intrusismo profesional y la negligencia médica.

Intrusismo médico y negligencia médica

Ambos suponen una grave amenaza para la seguridad y la vida de los pacientes. Este artículo le servirá como guía para comprender estos conceptos, identificar las señales de alarma y conocer las herramientas legales a su alcance para defender sus derechos.

El peligro del Intrusismo Médico

El intrusismo médico es el ejercicio de actos propios de una profesión sanitaria por parte de una persona que carece del título académico y la habilitación legal necesarios para ello. No estamos hablando de un error o de una mala praxis, sino de un engaño deliberado, una estafa que juega con el bien más preciado: la salud.

El intrusismo en las especialidades médicas: Un riesgo creciente

Si bien el intrusismo puede darse en cualquier área de la medicina, hay especialidades que, por su alta demanda y la percepción de ser menos «críticas», se han convertido en un caldo de cultivo para estos falsos profesionales. La medicina estética es, sin duda, el campo más afectado. Tratamientos como la aplicación de bótox, rellenos dérmicos o incluso liposucciones son realizados en ocasiones por individuos sin la cualificación requerida, a menudo en centros no autorizados y con materiales de dudosa procedencia.

Otras áreas sensibles son la fisioterapia, la nutrición y la psicología, donde personas con cursos breves o sin formación oficial se atribuyen competencias que no les corresponden, ofreciendo diagnósticos y tratamientos que pueden agravar las patologías del paciente o retrasar el acceso a una terapia adecuada.

Intrusismo en la profesión médica: Peligros y recomendaciones clave

Los peligros de ponerse en manos de un intruso son mayúsculos y van desde resultados estéticos desastrosos hasta infecciones graves, reacciones alérgicas severas, lesiones permanentes e incluso la muerte. Un falso médico carece del conocimiento anatómico, farmacológico y técnico para realizar un procedimiento de forma segura, y lo que es igualmente grave, no tiene la capacidad para gestionar las posibles complicaciones.

¿Cómo puede usted detectar a un posible intruso? Preste atención a las siguientes señales de alarma:

  1. Verificación de la colegiación: Todo médico que ejerce en España debe estar colegiado. Es su derecho y su garantía. Puede solicitar el número de colegiado y comprobarlo fácilmente en los sitios web de los Colegios de Médicos provinciales o en el buscador del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.
  2. Instalaciones inadecuadas: Desconfíe de tratamientos realizados en domicilios particulares, peluquerías o centros de estética no sanitarios. Los procedimientos médicos deben llevarse a cabo en clínicas o consultas que cumplan con la normativa sanitaria.
  3. Publicidad engañosa y precios irrisorios: Las ofertas excesivamente baratas o las promesas de resultados milagrosos suelen ser un cebo. La medicina de calidad tiene un coste asociado a la formación del profesional, la calidad de los materiales y la seguridad de las instalaciones.
  4. Falta de documentación: Un profesional legítimo le proporcionará un diagnóstico claro, un consentimiento informado detallado que explique los riesgos y alternativas del tratamiento, y una factura oficial.

El delito de usurpación de funciones o intrusismo en el Código Penal

Es crucial entender que el intrusismo no es una mera falta administrativa. La legislación española lo tipifica como un delito grave contra la administración pública, recogido en el artículo 403 del Código Penal.

Este artículo establece que «el que ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la legislación vigente, incurrirá en la pena de multa de doce a veinticuatro meses». Las penas se agravan si, además, el culpable se atribuye públicamente la cualidad de profesional o si ejerce en un local abierto al público.

El intrusismo: Una doble vulneración a la legalidad y a la salud

El delito de intrusismo no solo atenta contra los colegios profesionales y la organización de las profesiones tituladas, sino que, fundamentalmente, pone en grave riesgo la salud pública y la seguridad individual del paciente. Al usurpar estas funciones, el falso profesional no solo comete un fraude, sino que expone a la persona a un daño físico y psicológico irreparable, actuando sin el amparo de la lex artis (el conjunto de prácticas médicas aceptadas como correctas) y sin un seguro de responsabilidad civil que pueda cubrir los posibles daños.

Negligencias médicas: Cuando el error causa un daño

A diferencia del intrusismo, la negligencia médica o mala praxis ocurre cuando un profesional sanitario, debidamente titulado y colegiado, no actúa con la diligencia y los estándares de cuidado exigibles según los conocimientos científicos del momento, causando un daño al paciente.

No todo resultado adverso en un tratamiento es una negligencia. La medicina no es una ciencia exacta y existen riesgos inherentes. Hablamos de negligencia cuando el daño podría haberse evitado si el profesional hubiera actuado conforme a los protocolos establecidos.

Negligencias en estética y en todas las ramas de la medicina

Aunque los casos en cirugía estética suelen tener una gran repercusión mediática (quemaduras por láser, resultados insatisfactorios en mamoplastias, etc.), la negligencia puede ocurrir en cualquier especialidad:

  • Ginecología y Obstetricia: Errores en el seguimiento del embarazo o en la asistencia al parto que causan lesiones al feto o a la madre.
  • Traumatología: Diagnósticos tardíos de fracturas, errores en intervenciones quirúrgicas o infecciones postoperatorias.
  • Oncología: Retrasos en el diagnóstico del cáncer que disminuyen las posibilidades de supervivencia.
  • Anestesiología: Errores en la administración de la anestesia o monitorización insuficiente del paciente.
  • Atención Primaria: Falta de derivación a un especialista ante síntomas claros de una enfermedad grave.

Las causas pueden ser variadas: un diagnóstico erróneo, la prescripción de un tratamiento inadecuado, un error durante una intervención quirúrgica, una alta prematura o una falta de seguimiento postoperatorio.

Cómo hacer frente a un error médico: Su derecho a reclamar

Si usted o un familiar cree haber sido víctima de una negligencia médica, es normal sentirse abrumado, confundido y dolido. Sin embargo, es fundamental actuar con celeridad y de forma ordenada para poder defender sus derechos.

Negligencia médica o mala praxis médica: Pasos a seguir

  1. Recopile toda la documentación clínica: Es su derecho solicitar una copia completa de su historia clínica. Este documento es la prueba fundamental de todo el proceso asistencial. Incluye informes de urgencias, resultados de pruebas, informes de alta, hojas de tratamiento, etc.
  2. Busque una segunda opinión médica: Acuda a otro especialista para que valore su caso y determine si el tratamiento recibido fue el correcto y si las secuelas que padece derivan de una mala praxis.
  3. Asesoramiento legal especializado: Contacte lo antes posible con un abogado especialista en derecho sanitario y negligencias médicas. Este profesional es clave para valorar la viabilidad de su caso, guiarle en el proceso y cuantificar la posible indemnización por los daños y perjuicios sufridos (físicos, morales y económicos).
  4. Estudio de viabilidad por un perito médico: Su abogado trabajará conjuntamente con un perito médico. Este es un médico especialista que analizará toda la documentación y emitirá un informe pericial determinando si existió una desviación de la lex artis y si el daño es consecuencia directa de esa mala actuación.
  5. Vías de reclamación: Existen varias vías para reclamar:
    • Vía extrajudicial: Intentar llegar a un acuerdo amistoso con el centro sanitario o su aseguradora.
    • Vía contencioso-administrativa: Si la negligencia ocurrió en la sanidad pública.
    • Vía civil: Si tuvo lugar en la sanidad privada.
    • Vía penal: Reservada para los casos más graves donde la negligencia es tan flagrante que puede ser constitutiva de un delito de lesiones o de homicidio por imprudencia profesional.

Intrusismo médico y negligencia médica

Proteger su salud es su derecho fundamental. Estar informado es la mejor herramienta para tomar decisiones seguras y para actuar con contundencia ante cualquier vulneración de sus derechos como paciente. Ante la más mínima duda, verifique, pregunte y exija siempre profesionales cualificados y centros autorizados. Su bienestar no es negociable.

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