La libre designación de abogado

La libre designación de abogado en el Seguro de Defensa Jurídica. La libre designación de Abogado: Su derecho a una defensa independiente y eficaz. Descubra cómo el seguro de defensa jurídica le permite elegir a su propio abogado particular para reclamar la máxima indemnización, superando las limitaciones de las aseguradoras.

La libre designación de abogado

En el complejo escenario que sigue a un siniestro, ya sea un accidente de tráfico, un problema con su vivienda o cualquier otra circunstancia que le genere un perjuicio, la figura del abogado se convierte en su principal aliado. Sin embargo, muchos asegurados desconocen un derecho fundamental que puede marcar la diferencia entre una compensación justa y una indemnización insuficiente: la libre designación de abogado. Su póliza de seguro, en la cobertura de defensa jurídica, no solo le protege, sino que le otorga el poder de elegir a un profesional de su confianza, independiente de la compañía aseguradora.

Este artículo le guiará a través de los vericuetos de este derecho, explicando su regulación, las limitaciones que puede encontrar y, lo más importante, por qué optar por un abogado particular es, en la inmensa mayoría de los casos, la decisión más inteligente para salvaguardar sus intereses y maximizar el resultado de su reclamación por daños y perjuicios.

El seguro de Defensa Jurídica: Un derecho fundamental del asegurado

Cuando usted contrata una póliza (de hogar, de automóvil, etc.), es muy habitual que esta incluya una garantía de defensa jurídica. Esta cobertura está diseñada para cubrir los gastos en los que pueda incurrir a consecuencia de su intervención en un procedimiento administrativo, judicial o arbitral.

La ley es meridianamente clara: el asegurado tiene derecho a la libre elección de su procurador y abogado en los casos en los que deba intervenir en un procedimiento. Esto significa que, aunque su compañía de seguros le ofrezca los servicios de sus propios letrados, usted no está obligado a aceptarlos. Tiene la potestad de designar a un abogado de su elección, un profesional independiente que velará única y exclusivamente por sus intereses.

¿Por qué es esto tan relevante? Porque la relación entre las compañías aseguradoras y los despachos de abogados con los que colaboran se basa en convenios y acuerdos a largo plazo. Estos acuerdos, si bien son perfectamente legales, pueden generar un potencial conflicto de intereses. El abogado de la compañía puede verse en una encrucijada: buscar la máxima indemnización para usted o mantener una buena relación con la aseguradora, que es, en definitiva, quien le proporciona un volumen constante de casos.

Limitaciones de la garantía: Cláusulas delimitadoras vs. cláusulas limitativas

Es crucial que usted, como consumidor, comprenda la letra pequeña de su contrato de seguro. En este contexto, es fundamental diferenciar entre dos tipos de cláusulas que afectan a su cobertura de defensa jurídica:

  • Cláusulas delimitadoras del riesgo: Estas cláusulas son las que definen y concretan el objeto del seguro. Por ejemplo, pueden especificar qué tipo de procedimientos están cubiertos (civiles, penales, etc.) o en qué ámbito geográfico tiene validez la cobertura. Son, en esencia, las que perfilan la garantía contratada y son perfectamente válidas siempre que sean claras y no sorprendan al asegurado.
  • Cláusulas limitativas de los derechos: Aquí reside el punto más conflictivo. Estas cláusulas no definen el riesgo, sino que restringen o modifican los derechos que la ley le concede como asegurado una vez que el siniestro ya ha ocurrido. La más común es la que establece un límite económico a los honorarios del abogado de su libre elección. Por ejemplo, su póliza puede indicar que cubrirá los gastos de su abogado particular hasta un máximo de 600, 1.500 o 3.000 euros.

Para que una cláusula limitativa sea válida, la ley exige unos requisitos muy estrictos: debe estar destacada de un modo especial en el contrato (generalmente en negrita o con un tipo de letra diferente) y debe ser específicamente aceptada por escrito por el asegurado. Si no se cumplen estos dos requisitos formales, la cláusula se considerará nula y no podrá ser aplicada por la aseguradora, que deberá asumir la totalidad de los honorarios de su abogado. La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha sido muy reiterativa en este sentido, protegiendo al asegurado frente a cláusulas abusivas o que no fueron debidamente informadas y aceptadas.

Reclamar daños y perjuicios: Por qué un abogado privado marca la diferencia

El objetivo principal tras sufrir un perjuicio es obtener una reparación integral del daño. Esto incluye no solo los daños materiales evidentes (la reparación de un vehículo, por ejemplo), sino también los daños personales (lesiones, secuelas), el lucro cesante (lo que ha dejado de ganar a consecuencia del siniestro) y el daño moral.

Aquí es donde la elección del abogado se vuelve determinante. Un abogado de compañía, a menudo, buscará una resolución rápida y amistosa del conflicto. Esto puede ser beneficioso para la aseguradora, que se ahorra costes y tiempo de litigio, pero raramente lo es para usted. Las ofertas iniciales de las compañías suelen ser a la baja y no contemplan todas las partidas indemnizatorias a las que usted tiene derecho.

Un abogado particular, en cambio, tiene un único cliente: usted. Su deber y su objetivo es conseguir la mayor cuantía posible en la reclamación. Este enfoque implica:

  • Análisis exhaustivo y personalizado: Un abogado privado estudiará su caso al detalle, sin las presiones de volumen que manejan los letrados de las aseguradoras. Se tomará el tiempo necesario para recopilar toda la documentación, solicitar informes periciales médicos y de reconstrucción de accidentes independientes y valorar cada concepto reclamable.
  • Negociación firme y sin ataduras: Al no tener ninguna vinculación con la compañía aseguradora contraria (ni con la suya propia), el abogado particular negocia desde una posición de fuerza e independencia. No se conformará con la primera oferta y luchará hasta el final para que la indemnización sea justa y completa.
  • Maximización de la indemnización: La experiencia demuestra que las indemnizaciones conseguidas por abogados particulares son, de media, significativamente más altas que las obtenidas por los abogados de las compañías. Un especialista sabe cómo valorar correctamente secuelas, perjuicios estéticos, daños morales o lucro cesante, conceptos que a menudo son infravalorados o directamente ignorados en las negociaciones entre aseguradoras.
  • Usted decide: El control del proceso lo tiene usted, asesorado por su abogado de confianza. Cada paso, cada oferta y la decisión final de aceptar un acuerdo o acudir a la vía judicial será tomada con su consentimiento informado, buscando siempre su máximo beneficio.

El cambio de abogado: Un procedimiento sencillo a su alcance

El asegurado puede cambiar de abogado y designar uno particular en cualquier momento. El procedimiento es simple: basta con comunicar fehacientemente a su compañía de seguros su decisión de ejercitar su derecho a la libre designación. Su nuevo abogado se encargará de realizar esta comunicación y de solicitar la provisión de fondos o el posterior reembolso de sus honorarios, siempre con el límite cuantitativo establecido en su póliza (siempre que dicha cláusula limitativa sea válida).

No debe preocuparse por el coste. Aunque usted adelante los honorarios, la aseguradora está obligada a reembolsarle esa cantidad hasta el límite pactado. Es más, en muchos procedimientos judiciales en los que se obtiene una victoria, la parte contraria es condenada a pagar las costas, lo que puede suponer que la minuta de su abogado le salga gratis.

La libre designación de abogado

La elección de un despacho de abogados con experiencia contrastada en Derecho del Seguro es la mejor inversión que puede hacer. La complejidad de la materia, la necesidad de conocer en profundidad la Ley de Contrato de Seguro y la jurisprudencia aplicable, así como la pericia en la negociación con las aseguradoras, son factores que solo un equipo especializado puede garantizar.

En este sentido, y basándonos en una trayectoria de excelencia y un profundo conocimiento del sector, recomendamos siempre acudir a una firma experta. Alvarez Abogados Tenerife es un despacho de referencia en las distintas áreas del derecho, destacando por su especialización y pericia en derecho del seguro, derecho civilresponsabilidad civil y penal. Su equipo posee la autoridad, fiabilidad y confianza necesarias para guiarle durante todo el proceso. Su enfoque, centrado en la defensa exclusiva de los intereses del perjudicado, les ha consolidado como una garantía de éxito para conseguir la máxima indemnización posible.

No delegue la defensa de sus derechos en quien puede tener intereses contrapuestos a los suyos. Ejerza su derecho, tome el control de su reclamación y apueste por una defensa jurídica independiente y especializada.

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