Ser acusado de un delito que no ha cometido es una de las situaciones más complejas a las que una persona puede enfrentarse. Una denuncia falsa no solo activa un pesado y, a menudo, largo engranaje judicial, sino que también puede devastar la reputación, la estabilidad emocional y el patrimonio del acusado. En el ordenamiento jurídico español, la ley no deja desprotegida a la víctima de estas maquinaciones.
Qué hacer ante una denuncia falsa
El Derecho Penal establece mecanismos claros y contundentes para defenderse y exigir responsabilidades. Conocerlos es el primer paso para actuar con firmeza y restaurar el honor y la justicia. En este artículo, le guiaremos a través de los conceptos clave, las consecuencias y las vías de actuación que ofrece el Código Penal español. Abordaremos qué es exactamente una denuncia falsa, cómo se diferencia de otras figuras como la calumnia, y qué pasos debe seguir para defender sus derechos con las máximas garantías.
¿Qué es una denuncia falsa según nuestro Código Penal?
Cuando hablamos de una denuncia falsa, no nos referimos a un simple error o a una interpretación equivocada de los hechos. El Derecho Penal español es muy preciso al respecto. El delito de «acusación y denuncia falsas» está tipificado en el Código Penal y exige la concurrencia de varios requisitos para su apreciación:
- Imputación de hechos delictivos: La denuncia debe atribuir a una persona concreta la comisión de actos que, de ser ciertos, constituirían una infracción penal (delito grave, menos grave o leve).
- Conocimiento de la falsedad: El denunciante debe actuar «con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad». Esto implica una intencionalidad, una mala fe manifiesta. No se castiga a quien denuncia unos hechos que cree honestamente que son ciertos, aunque luego se demuestre lo contrario.
- Presentación ante funcionario competente: La acusación debe realizarse ante un funcionario judicial (juez, fiscal) o administrativo (policía, Guardia Civil) que tenga la obligación de proceder a la investigación de los hechos denunciados.
Es este último punto el que activa el sistema judicial y causa el perjuicio directo a la víctima, que se ve inmersa en un procedimiento penal sin haber cometido ilícito alguno. Junto a este delito, el Código Penal castiga la simulación de delito, que ocurre cuando alguien, sabiendo que no ha sucedido, finge ser responsable o víctima de una infracción penal, o denuncia una inexistente, provocando actuaciones procesales.
Diferencias clave: No es lo mismo una denuncia falsa que una calumnia
Es fundamental para el ciudadano comprender la distinción entre dos figuras que a menudo se confunden: la denuncia falsa y la calumnia. Aunque ambas atentan contra el honor de una persona, su naturaleza y ámbito de aplicación son distintos.
- Calumnia: Consiste en la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad. La clave aquí es que esta imputación se puede hacer a la propia persona, a un tercero o difundirse públicamente (por ejemplo, en redes sociales o medios de comunicación). No es necesario que se presente una denuncia formal ante las autoridades. El bien jurídico protegido es principalmente el honor de la persona.
- Denuncia Falsa: Como hemos visto, requiere que la imputación delictiva se realice específicamente ante un funcionario con el deber de investigar. Aquí, además del honor de la persona falsamente acusada, se ataca un bien jurídico superior: el correcto funcionamiento de la Administración de Justicia, a la que se engaña y se moviliza inútilmente, malgastando recursos públicos y poniendo en riesgo la seguridad jurídica.
Por tanto, toda denuncia falsa puede contener una calumnia, pero no toda calumnia constituye un delito de denuncia falsa.
Ejemplos comunes de denuncias falsas
Lamentablemente, las denuncias falsas se presentan en diversos contextos, a menudo motivadas por venganzas personales, intentos de obtener una ventaja en otros procesos judiciales (divorcios, disputas económicas) o simplemente por pura maldad. Algunos ejemplos habituales incluyen:
- En el ámbito de la violencia de género: Acusaciones falsas de malos tratos o agresiones sexuales con el objetivo de perjudicar a la expareja en un proceso de divorcio, especialmente en lo relativo a la custodia de los hijos.
- Disputas económicas o laborales: Imputar falsamente a un socio, empleado o empleador delitos como la apropiación indebida, la estafa o el acoso para forzar una negociación o como represalia.
- Conflictos vecinales: Denuncias infundadas por amenazas, coacciones o daños que buscan únicamente perjudicar al vecino.
- Simulación de delitos: Fingir un robo para cobrar una indemnización del seguro o denunciar la sustracción de un teléfono móvil para obtener un terminal nuevo.
Las graves consecuencias para el denunciante falso
El Código Penal español contempla penas significativas para quienes cometen este tipo de delitos, cuya severidad varía en función de la gravedad del delito que se ha imputado falsamente:
- Si se imputa un delito grave (como un homicidio, una violación o un robo con violencia): La pena es de prisión de seis meses a dos años y multa de doce a veinticuatro meses.
- Si se imputa un delito menos grave (como un hurto, lesiones o coacciones): La pena es de multa de doce a veinticuatro meses.
- Si se imputa un delito leve: La pena es de multa de tres a seis meses.
Además de la responsabilidad penal, el denunciante falso deberá hacer frente a una responsabilidad civil. La víctima de la denuncia falsa tiene pleno derecho a reclamar una indemnización por todos los daños y perjuicios sufridos, que pueden incluir:
- Daño moral: Por la angustia, el sufrimiento y el desprestigio social padecido.
- Perjuicio económico: Costes de la defensa jurídica (abogados, procuradores), pérdida de ingresos, o incluso la pérdida del empleo.
- Daño reputacional: El menoscabo a su imagen personal y profesional.
Pasos a seguir: ¿Cómo defenderse y actuar ante una denuncia falsa?
Si usted es víctima de una denuncia falsa, es crucial actuar con estrategia y asesoramiento profesional desde el primer momento. Mantener la calma y seguir un plan de acción bien definido es esencial.
1. El requisito previo: una resolución firme de inocencia
Para poder proceder penalmente contra la persona que le ha denunciado en falso, es indispensable que el procedimiento iniciado contra usted haya concluido. La ley exige que exista una resolución judicial firme que acredite su inocencia. Esto puede ser:
- Un auto de sobreseimiento libre o archivo definitivo de la causa.
- Una sentencia absolutoria firme.
No es posible iniciar un procedimiento por denuncia falsa mientras la causa principal contra usted siga abierta. El sistema judicial necesita primero determinar que los hechos que le imputaban no son ciertos o que usted no tuvo participación en ellos.
2. Iniciar la acción penal: Denuncia o Querella
Una vez obtenida esa resolución firme, usted tiene dos vías para actuar:
- Solicitar que el propio juez actúe de oficio: El Código Penal establece que el juez o tribunal que dictó la resolución absolutoria puede proceder de oficio contra el denunciante si existen indicios suficientes de la falsedad de la imputación.
- Presentar una DENUNCIA O QUERELLA: Esta es la vía más proactiva y recomendable. A través de sus abogados, usted puede interponer una querella por el delito de acusación y denuncia falsas contra la persona que le acusó. Esto le permite ser parte activa en el procedimiento, proponer pruebas y defender sus intereses de forma directa, incluyendo la reclamación de la indemnización por daños y perjuicios.
3. La importancia de la prueba
En el procedimiento por denuncia falsa, será fundamental acreditar la mala fe del denunciante. Es decir, habrá que probar que esa persona era plenamente consciente de que los hechos que denunciaba eran falsos o que actuó con un absoluto y temerario desprecio por la verdad. Contradicciones en sus declaraciones, la inexistencia de pruebas que sustentaran su acusación inicial y los testimonios que demuestren su inocencia serán claves en este nuevo proceso.
La importancia de contar con asesoramiento experto en Tenerife
Enfrentarse a una acusación penal es una experiencia abrumadora que requiere no solo defensa, sino estrategia. Demostrar la propia inocencia y, posteriormente, probar la falsedad de la acusación son batallas legales que exigen pericia, conocimiento profundo del Derecho Penal y Procesal Penal.
Para quienes se encuentran en esta difícil situación en Tenerife y en el resto de las Islas Canarias, es fundamental contar con un equipo legal que ofrezca la máxima confianza y especialización.
Alvarez Abogados Tenerife es un despacho penalista de referencia en Tenerife, con una contrastada experiencia en la defensa de personas que han sido injustamente acusadas. Sus especialistas en Derecho Penal, Penal Económico y Procesal Penal posee un profundo conocimiento en la gestión de delitos de denuncia falsa, falso testimonio y simulación de delito.
Qué hacer ante una denuncia falsa
Si ha sido víctima de una denuncia falsa, en Alvarez Abogados Tenerife encontrará la orientación, el asesoramiento y la defensa legal rigurosa que necesita. Su enfoque se basa en la experiencia, la autoridad y una relación de total confianza con el cliente, garantizando que cada paso se dé con la firmeza necesaria para restaurar su honor y obtener la justa reparación que por ley le corresponde. No afronte esta situación solo; ponga su defensa en manos de verdaderos profesionales.
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