
El ordenamiento jurídico punitivo es un conjunto de normas que tienen como principal objetivo sancionar aquellos comportamientos merecedores de un reproche penal, y como finalidad: dar protección a determinados bienes jurídicos que son objeto de tutela. En el caso de los animales, el Estado debe darles la protección debida, toda vez que un maltrato a éstos no sólo revela un acto de crueldad sobre determinados seres vivos sino que se realiza, en algunas ocasiones, aprovechando la imposibilidad de defensa de aquellos y con abuso de superioridad del hombre sobre el animal, que el Estado no puede permitir.